Esta leyenda se suscitaba en el
barrio de El Vado. Un figura femenina con el rostro cubierto y supuestamente
demacrado que solo se hacía notar por las noches cargando un farol que rompía
con la oscuridad. Se dice que vivía en una casa abandonada en este barrio y que
al igual que el cura, usaba este artilugio para espantar a los curiosos
mientras tenía sus encuentros amorosos por las noches.
He aquí lo que dice el Dr. Ochoa
Alvear:
“El pueblo manifiesta que el
Farol de la Viuda era una mujer que pasadas las doce de la noche, seguía el
curso del agua, buscando el alma de su tierna hija, a quien había matado y
abandonado en una quebrada, por cuanto ella tuvo un nuevo amor y la presencia
de su hija le servía de obstáculo para su nuevo cariño…”
La fémina viuda, realizaba, por
decirlo así, una “hazaña heroica”, pues tenia que habérselas, muchas veces con
riesgos donde podía hasta perder la vida o por lo menos su farol, que era su
escudo o su alfanje, porque en más de una ocasión tuvo que habérselas con los
canes de los llanos de “Taita Chavaco”; ya que sus muecas adquirían gestos
caricaturales y jocosos cuando a veces a la luz de la luna, la noche era
alumbrada por sus amarillentos rayos, que dejaban ver el rostro de la heroína y
viuda, su faz demacrada.
Y, cuando ella apareció al
tablado de sus andanzas era una época de transición, y entre la imaginación
primitiva, esto es, cuando la lógica no había empezado a trabajar, entró la era
de investigar y aun, de crear leyendas propiamente dichas de carácter
histórico-literario.
La viuda alegre, cuya compañía y
hasta cierto punto custodia, era el farol que se adelantaba a ella,
iluminándole el camino fragoso por el que transitaba, hasta entrar en su
aposento, que decía que estaba ubicado en el barrio del Vado, tan proclive a
las apariciones y fantasmas tétricos y donde había además junto a la Cruz, la
Casa de los Ruidos, que luego de algunas averiguaciones se llegó a la conclusión
de que aquellos ruidos eran producidos desde fuera, porque un conocido
doctorcito de la época, y muy connotado de día, y un gagón por la noche, lanzaba
unas cuantas piedrecillas a la ventana que daba al aposento de su “querida”.
Señalemos además que el amante furtivo tenía a flor de labios estas coplas,
para garantizar a su amada que siempre la quería ver, claro está en la
oscuridad de la noche, -con paradoja y todo-:
Anoche me fui por verte
Por encima del tejado,
Salió tu mama y me dijo
Este gato está cebado….
O esta otra más enjundiosa:
Anoche me fui por verte
Por debajo del canayuyo,
Salió tu mama y me dijo
Todo lo de mi hija es tuyo…
:v
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ResponderEliminarcual es el autor
ResponderEliminarCuál es el autor
ResponderEliminarCual es el autor
ResponderEliminarsoy yo
EliminarEl autor es Germán Coimbra sains
ResponderEliminarSon leyendas conocidas?
ResponderEliminarPuta
ResponderEliminarTu abieka ooooo
EliminarMal criado
Eliminarxddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddddd
Eliminar;v
ResponderEliminarHoli esta muy largo
ResponderEliminar😢
😥😥
ResponderEliminarHola que hace
ResponderEliminarNada y tu
Eliminar😀😀😀😀😀
ResponderEliminar:^
ResponderEliminar;^
ResponderEliminar:v
ResponderEliminarMuúuuuuuuchasssss grasiaaassss
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