miércoles, 11 de julio de 2012

Maldición de la Mama Huaca


En las noches de luna llena, sale Mama Huaca a pasearse por las pampas y sementeras, siempre que no este lloviendo; porque no puede mojarse el pelo con el agua del cielo, ya que ella es parte del enemigo malo (demonio). Antes dizque era el pelo negro, hasta que una noche los sapos pidieron agua al cielo hasta que llueva.

Los sapos en tiempo antes, cuando vivía mi mama bisabuela, dizque paría guagua (Niño tierno, pequeño) sapo mismo, hasta que una noche de luna llena con el cielo brillante lleno de estrellas, Mama Huaca ha salido a pasearse y los sapos han comenzado a pedir agua. Entonces el cielo se ha “entoldado” y se ha puesto a paramar, mojándose el pelo de ella que era bien negro con las aguas del cielo; y comienza hacerse sucu, de puras iras les echa la maldición a los sapos, diciéndoles que han de poner huevos y del huevo han de salir los sapos, así como salen las lagartijas.

 Pero ella pensando que solo una luna va a estar el pelo sucu y después se ha de hacer nomás negro; pero cuando en la otra luna sale a pasearse no cambia de color el pelo. Ella les dice a los sapos: “Que de los huevos no han de salir sapos sino shugshis y que los taitas tienen que irles comiendo de poco a poco el rabo (cola) para que salgan las patas y las manos y cuando sean sapos han de vivir en las cochas (charcas) de agua podrida hasta que sean grandes.

También les dijo: que en la primera parida han de sólo dos sapos que han de ser verdes y chiquitos, y se ha de llevar ella. Desde ahí aparecieron unos sapos chiquitos verdes que tienen otro modo de “llorar” (Croar), esos con sus silbidos piden que el pelo de Mama Huaca se haga negro. Mientras no lo consigan tienen que andar cargando a los “huahua shugshis” hasta que se hagan sapos.

Esta es la maldición de la Mama Huaca porque no alcanzan que se haga de nuevo “yana agcha” (yana, negro; agcha, pelo)

El Farol de la Viuda


Esta leyenda se suscitaba en el barrio de El Vado. Un figura femenina con el rostro cubierto y supuestamente demacrado que solo se hacía notar por las noches cargando un farol que rompía con la oscuridad. Se dice que vivía en una casa abandonada en este barrio y que al igual que el cura, usaba este artilugio para espantar a los curiosos mientras tenía sus encuentros amorosos por las noches.

He aquí lo que dice el Dr. Ochoa Alvear:

“El pueblo manifiesta que el Farol de la Viuda era una mujer que pasadas las doce de la noche, seguía el curso del agua, buscando el alma de su tierna hija, a quien había matado y abandonado en una quebrada, por cuanto ella tuvo un nuevo amor y la presencia de su hija le servía de obstáculo para su nuevo cariño…”


La fémina viuda, realizaba, por decirlo así, una “hazaña heroica”, pues tenia que habérselas, muchas veces con riesgos donde podía hasta perder la vida o por lo menos su farol, que era su escudo o su alfanje, porque en más de una ocasión tuvo que habérselas con los canes de los llanos de “Taita Chavaco”; ya que sus muecas adquirían gestos caricaturales y jocosos cuando a veces a la luz de la luna, la noche era alumbrada por sus amarillentos rayos, que dejaban ver el rostro de la heroína y viuda, su faz demacrada.

Y, cuando ella apareció al tablado de sus andanzas era una época de transición, y entre la imaginación primitiva, esto es, cuando la lógica no había empezado a trabajar, entró la era de investigar y aun, de crear leyendas propiamente dichas de carácter histórico-literario.

La viuda alegre, cuya compañía y hasta cierto punto custodia, era el farol que se adelantaba a ella, iluminándole el camino fragoso por el que transitaba, hasta entrar en su aposento, que decía que estaba ubicado en el barrio del Vado, tan proclive a las apariciones y fantasmas tétricos y donde había además junto a la Cruz, la Casa de los Ruidos, que luego de algunas averiguaciones se llegó a la conclusión de que aquellos ruidos eran producidos desde fuera, porque un conocido doctorcito de la época, y muy connotado de día, y un gagón por la noche, lanzaba unas cuantas piedrecillas a la ventana que daba al aposento de su “querida”. Señalemos además que el amante furtivo tenía a flor de labios estas coplas, para garantizar a su amada que siempre la quería ver, claro está en la oscuridad de la noche, -con paradoja y todo-:
Anoche me fui por verte
Por encima del tejado,
Salió tu mama y me dijo
Este gato está cebado….
O esta otra más enjundiosa:
Anoche me fui por verte
Por debajo del canayuyo,
Salió tu mama y me dijo
Todo lo de mi hija es tuyo…

El Chuzalongo


El “chuzalongo” vive en las montañas; allí se encuentran las pisadas, es del tamaño de un niño de seis años, con el cabello largo y sucu; del ombligo le sale un miembro como un bejuco de “chuinsa”.

Para que no “aviente” el aire malo del chuzalongo que causa la muerte, se entra en la montaña, se rompe una rama y se marca; así ya ni puede hacer  nada. Cuando está marcado ya no ataca a nadie, es muy juguetón e inquieto y ya no hace nada; pero en cambio tiene un “humor malo”, después de un momento da un “aire fuerte” y le deja cadáver a una persona.

Se cuenta q un agricultor tenía sus tierras en lo alto del monte, una noche cayo una tormenta y él, muy preocupado por el ganado solo, mando a sus dos hijas a encerrarlos en el granero, ellas llegaron amarraron al ganado y se entraron en la cabaña. Alguien golpeo la puerta abrieron y no había nadie, se dieron la vuelta y era un pequeño ser con un enorme miembro viril enroscado en su cuerpo gritaron; pasaron las horas y ellas no regresaron con una mal presentimiento el anciano tomo su escopeta y se enrumbó hacia la cabaña ,la lluvia caya a cantaros fría y pesada el viento soplaba tan gélido y triste, por fin al mirar a lo lejos la luz dela cabaña corrió y tumbo la puerta, encontrándose con una escena horrenda y macabra. Las muchachas tiradas en el piso descuartizadas en medio de un charco de sangre, y frente a ellas, el ser llamado el chuzalongo todavía limpiándose su enorme falo dela sangre de las mujeres salto ,corrió y jamás fue visto de nuevo...

Los Gagones


 Los gagones son como unos “guaguas perritos” (cachorros de pocos días de nacidos), al principio son cenicientos, lo que llamamos “chucuros” y con el tiempo van haciéndose negros hasta volverse “negro fino”. Se forman cuando se han “entreverado” (cohabitado) entre compadres o parientes y son las “almitas” de ellos que andan llorando por los caminos donde trajinan los que están “mal llevados” (amancebados). Salen para que alguna persona de “alma limpia” (persona pura que no ha delinquido contra la castidad) y que no sea manchada le aconseje para salvar esa almita y no se condenen.

Esto solo puede conseguirse al principio, pero cuando ya están negros, ya no tienen salvación. Las almas limpias cuando ven a los gagones les amarran con un cordel o les pintan la cara con negro de humo para ver al día siguiente cual ha sido el gag. Si las personas son pecadoras, el gagón les coge de la rodilla y les saca el huesito (rotula) y si el alma no es manchada le coge suavito.

Los que han querido coger al gagón estando en pecado no vuelven a hacer eso porque ya tienen miedo por el dolor a la rodilla. Cuando han cogido al gagón y le han tiznado esperan en ese lugar para ver quien pasa a la madrugada entre claro y oscuro, el rato que “arraya” (el momento que salen los primeros rayos del sol) el día le aconseja diciéndole: “usted está con este pecado, sepárese de esa mala amistad, para que no se condene y salve su alma”.

Otras versiones sobre los Gagones:
Los gagones son como unos perritos bien blancos y “pulchungos” (lanudos) que andan delante de los convivientes, cuando estos son parientes o compadres; aúllan y juegan abrazándose, es fácil cogerles; se les muestra el poncho haciendo una “miglla” (mantener extendido con los brazos, el poncho, la pollera o cualquier tela para recibir algo), cuando han saltado se les cierra y se les lleva a la casa, se les encierra en una tinaja y se les tapa con un “mediano” (pozuelo de barro vidriado), al día siguiente se les suelta y se les va siguiendo a ver donde entran y así se descubre a los que viven mal. Dicen que cuando los gagones están encerrados, los cuerpos no pueden despertarse porque el gagón es el alma de estas gentes perdidas.

Los gagones son unos perritos negros con la pancita blanca bien “pulchunguitos”, que aparecen en la vecindad de la casa donde viven mal entre parientes o compadres, andan delante de los pecadores sin ser vistos por ellos, aúllan así: “gagón, gagón” y la hembra “gagona, gagona”. Se revuelcan en el suelo abrazándose, salen después de las 10 de la noche. Cuando ven al cristiano pronto desaparecen. Dice: “yo les he visto con mis ojos que se han devolver tierra, cerca de la casa de la N. N. que vivía mal con el tío”.

Una mujer vivía con el cuñado y todas las noches se oía a los gagones. Un día el vecino le cogió a la gagona y le colocó en una tinaja. Al día siguiente le fue a ver, la encontró muerta, luego supo que la vecina había amanecido muerta también, todo el cuerpo negro como condenada. Dice: “Yo le llegué a conocer a la hija de la gagona; se casó pero no pudo tener hijos, porque dicen que esa es la maldición”.

El Arco


Cuando el arco se ha llevado al hijo y han pasado dos semanas de la muerte de la mama, éste ya le deja que aparezca el arco hijo. El TAITA CUICHI (arco progenitor) se va acercando cada vez más donde el INTIYAYA (sol padre, sol viejo).

Un día que el INTI está brillando, el TAITA CUICHI se para haciendo un redondo hasta que el INTI le come y se pierde para siempre. Entonces el hijo se aparece ya más ancho como era el taita; así anda no más harto tiempo y después se pierde, para que las solteras no le tengan miedo.

Se va a otras tierras, lejos tras los cerros; allí vive años AGUAYTANDO (mirar con curiosidad. M.A. Cordero. Léxico de vulgarismos Azuayos. C.C.E. N.A. Cuenca 1957) a las doncellas hasta elegir a la que quiere; cuando ya tiene escogida se aparece en el cielo, de noche cuando es QUILLAJUNDA (luna llena) y el cielo está brillando con puros luceros y estrellas; se acerca donde la luna y se para, haciendo un redondo para conversar con ella y mostrarle a la doncella que ha escogido, para que la luna le aconseje.

Si la soltera es MANA HUARMITA SIGSIG CARI (mana: negación; huarmita: mujercita; sigse: canuto, agujero; cari: hombre. Se podría traducir: “mujer que no ha sido tomada por hombre”) o si es CARI HUARMITAMAN CAY (“mujer tomada por hombre” o “tiene hombre”) entonces MAMA QUILLA (madre luna) se pasa todas las noches espiando a la HUAMBRA (niña, prepúber).

Cuando ha pasado una luna y es de nuevo QUILLAJUNDA (luna llena), vuelve a conversar con el CUICHI (arco iris) y le avisa lo que ha visto y si es una virgen el cielo está brillando con puros luceros y si no es virgen, la luna no se aparece sino que el cielo esta con nubes negras. Entonces el arco se pierde y se va; pero como tiene venganza se hecha en la cocha donde ella coge el agua y se mete bajo las LLAUSAS (líquenes y hongos que se desarrollan en las aguas empozadas) verdes y cuando ella toma esa agua, de poco en poco, le da un mal que no se cura nunca y muere hinchándose.

Si la luna le dice que la mujer que ha escogido es doncella, entonces la persigue hasta cogerle y dejarle CUICHIPA HUANCHANALLA (embarazada del arco). Informante: M. J. D. de 40 años, soltera, analfabeta, agricultora. Procedencia: Gualaceo, Prov. del Azuay. Fecha de investigación: 5 Nov. 1969.

Cuichi (El Arco Iris)


Cuando el “arco” se enamora de una mujer, la empieza a perseguir todos los días hasta cuando le encuentra sentada al lado de una “cocha” (charco) y si está enferma de la costumbre (menstruando) esa mujer queda CUICHIPA HUACHANALLA (embarazada del arco iris). No siente ningún dolor ni molestia hasta que ajusta los nueve meses y le toca dar a luz; entonces si padece mucho y nace un huambra (niño pequeño) sucu (rubio), zhirbu (cabello crespo y rizado), gordo y lindo.

Entonces sí, el arco no deja a la mujer, le sigue a todas partes porque es bien celoso; si por desgracia tiene un enamorado, entonces el cuichi se apega bien, le envuelve y así oculta le lleva a la casa. Allí se da cuenta la mujer que el arco le persigue. Cuando tiene que salir de su casa, siempre sale acompañada de una chica huambrita (niña pequeña) con un machete blanquito y que este brillando.

El arco viendo que el sol brilla en el machete, se asusta y se pierde “tiempos”. Cuando el CHURIPA CUICHI (hijo engendrado del arco iris) ya está grande en la edad de coger la yunta, amanece un lindo día, el sol brillando; entonces el arco separa tras de la loma a que nadie lo vea.

Entonces le jala a la mujer al cerro, le va llevando al CHURIPA y sigue andando hasta que se hace oración (anochece). Se para el arco delante de una cocha de agua clarita, limpiecita; la mama tiene sed y se agacha a tomar agua; ella que se enrecta (pone de pie) para dar agua al guambra este no parece por dionde (por ninguna parte). Entonces ve que el arco se alevanta (eleva, levanta) y se para delante del sol y más abajo otro arco más clarito pero mas delgado.

En seguida la mama se da cuenta de que el chiripa ha sido llevado por el “arco padre” y empieza a llamar gritando al guambra hasta que se queda YUYAY ILLAG (piensa que no existe, que ha desaparecido).

Así se pasa toda la noche, cuando amanece empieza de nuevo a llamar gritando pero como no parece nadie ella regresa a la casa con dolor de barriga (estomago) y caina (espera) así, y se hace UQUIAYASHCA TULLUYASHCA (enflaquece y la piel se vuelve negra) de una vez; cuando ya no tiene nada de carne y el pellejo está pegado al hueso se acaba la pobre mujer solo aguaitando (viendo, mirando con curiosidad) al cielo y llamando al huambra.

¿Que es un mito y que una leyenda?








Una parte fundamental de la identidad de una ciudad la constituyen sus mitos y leyendas. Un mito es una recreación artística que pone a prueba la imaginación y creatividad de sus habitantes. Una leyenda consiste en elaborar algún acontecimiento y relato acerca de un personaje real que forma parte de la vida cotidiana de la ciudad y de sus habitantes. Con el paso del tiempo, los cuencanos nos hemos divertido, asustado y convivido con muchas de ellas, algunas de ellas vienen desde tiempos coloniales y prehispánicos. En este blog no solo se darán a conocer diversos mitos y leyendas de la ciudad, sino también se hablara de algunos personajes populares que vivían y siguen viviendo en la ciudad, a los cuales se los conoce por ciertas características propias que los destacan o destacaban durante su vigencia en la sociedad cuencana.